martes, 11 de agosto de 2009

LA TEORÍA NATURALISTA EN EL CRATILO

En su obra Cratilo, Platón presenta al personaje histórico Cratilo como un defensor acérrimo del naturalismo. La teoría naturalista sostiene que el nombre es exacto por naturaleza (φύσις). Esta teoría es más antigua que su rival, la teoría convencionalista (Véase LINX) En (383 b) Hermógenes explica: << Cratilo sostiene que cada ser posee la exactitud del nombre que le corresponde por naturaleza, y que el nombre no es aquello con que unas determinadas personas denominan una cosa tras haber convenido en denominarla así, aplicando a tal efecto una porción de su propia voz, sino que existe una cierta exactitud de los nombres inherentemente igual para todos>>.

Así, los nombres son exactos por naturaleza, es decir, los nombres guardan una relación de necesidad natural con los objetos nombrados; las entidades lingüísticas y las ontológicas están en una relación de correspondencia conceptual. En otras palabras, el nombre es una representación exacta de los objetos del mundo.

El naturalismo, en cuanto a que sostiene que existe una conexión natural entre las entidades lingüísticas y las entidades ontológicas, considera que, epistemológicamente, el análisis del lenguaje ocupa un lugar central dentro de su teoría filosófica.

Veamos, si los nombres son como explica Cratilo, exactos por naturaleza, resulta entonces que, al sostener que todos los nombres son exactos no es posible que existan nombres falsos. Luego, no es posible hablar falsamente, es decir, el discurso no puede decir lo que no-es, el discurso transmite lo que es; y si el discurso no puede decir lo falso, entonces dice la verdad. Esto trae consigo la idea de que la realidad está re-presentada con exactitud en el interior de los nombres, y sólo es suficiente conocer los nombres para conocer la realidad. Esta es la consecuencia más fuerte de todas las que se desprenden de la teoría defendida por Cratilo.

En (431 a), Cratilo, forzado por Sócrates, acepta que su teoría cae, en definitiva, en los postulados básicos de la teoría mimética del arte. El lenguaje es mimesis del mundo, es gracias a las leyes propias de sus técnicas que logra crear sus imágenes. Y Sócrates observa, si el lenguaje es un arte, entonces, como sucede en todas las demás artes; necesariamente habrá de haber en esta empresa artistas buenos y artistas malos. Luego, habrá nombres que sean bien logrados y los habrá también los que sean mal adjudicados. Esto quiere decir que, dependiendo del artesano de nombres habrá nombres que serán exactos y otros que no lo serán; y que un nombre no sea exacto, quiere decir que es una imagen que no se corresponde con el objeto al cual tiene la pretensión de re-presentar. De aquí, Sócrates muestra que es posible hablar falsamente. Por lo que, es posible engañarse con los nombres, no hay exactitud en la nominación, más allá de algunos casos excepcionales, o lo que es lo mismo, los nombres no nos aseguran un buen camino hacia los objetos del mundo.

En el diálogo, Platón traza dos ejes opuestos entre si, por un lado, el de lo verdadero (αληθής), y por otro, el de lo falso (ψευδής). El primero está compuesto de la siguiente manera: φρόνησις --- χρηστός --- αρετή --- αληθής; mientras que el segundo: αφρόνησις ---πονηρός --- κακία --- ψευδής.

Así planteadas las cosas, a Cratilo sólo le queda la hipótesis de que, el artesano primero, al que llaman: Nomotheta (νομοθέτης), necesariamente haya sido un buen artífice de nombres, lo que debería estar enmarcado en el recorrido del primer eje, el cual lleva a la exactitud de los nombres; es decir, hace posible que la imagen lingüística sea una copia de la esencia nombrada. Por lo que, la teoría de la exactitud de los nombres queda, ahora, sostenida en la hipótesis de que el νομοθέτης, haya obrado con conocimiento de causa, y así haya nombrado a los objetos de forma tal que, en los nombres se pueda ver la naturaleza de los objetos, es decir, que el artesano primero haya construido nombres exactos. Véase ( LINK )

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